domingo, 23 de mayo de 2010

Ocaso

Un manto oscuro y puntas de plata,
su redondez no oculta, sensacion ingrata,
inmaculada y perenne, timida y eclipsada,
testigo indudable, luz silenciada
un grito aletargado, soslayo latente
garganta y tiniebla, rencor y aliciente
la bruma esfumada, regresa la calma
ya vira y embauca, hasta un nuevo ver.

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